«La Sonrisa», teatro, un año más, (el cuarto), llega a Centroamérica, un grupo de países que, desde el primer momento nos engancharon, no sólo
por el caluroso recibimiento de sus gentes, sino también por las constantes necesidades que tienen; aparte de los añadidos desastres naturales que tan a menudo les azotan.
Este año, Nicaragua y Panamá.
En Nicaragua, estuvimos principalmente por los campamentos y asentamientos del volcán Casitas, que se cobró más de 2000 muertos. Recorrimos las faldas del volcán y anduvimos durante horas, mientras los compañeros del grupo «Espiga Nueva», nos explicaban lo ocurrido.
Las representaciones, siempre tuvieron una acogida extraordinaria. Por primera vez compartimos escenario con «Espiga Nueva», donde ellos, con su teatro, enseñan e informan al pueblo.
Los payasos quieren compartir su alegría, y para eso cualquier sitio es bueno: una iglesia, debajo de unos árboles…, ¡no hemos empezado y ya estamos sudando!…, unas buenas dosis de electrolitos, (preparados a base de agua y minerales), ya esperar que no te de una «pájara» en medio de la función. La energía en estos casos es difícil de controlar, y uno desea a veces dar más de lo que sus fuerzas le permiten.
La sonrisa, a veces tímida, de los niños y mayores, te transportan a un mundo, que una vez dentro, te atrapa y te cambia la vida.
Panamá, es un país muy rico en culturas pero muy pobre y necesitado, a pesar de tener una imagen de país rico. Punta Paitilla es todo lo rico de Panamá. Allí, los ricos son más ricos y más americanos.
«Fe y Alegría», encabezado por el padre Mikel, nos organizó todo el programa; asimismo, nos contaron los proyectos en los que están trabajando; Proyectos consistentes, con futuro y en los que trabajan gente totalmente entregada a esa labor tan dura.
Al ser el segundo año, conocía muy bien lo que nosotros queríamos, lo que permitió que el tiempo fuera aprovechado al máximo.
Convivimos con los Embera-Wounan en Jaqué. El idioma no fue ningún inconveniente para la comunicación y mucho menos a la hora de la presentación. Como en otras ocasiones, después de la misma, ellos nos mostraron, con el cuerpo pintado, las danzas y cantos de su cultura.
En la zona de Colón, recorrimos los ríos, en lancha, es decir, troncos con motor, diversas comunidades campesinas, internadas en bellos parajes.
Vaquilla, fue otro punto del interior que visitamos; entre montañas y vegetación,
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habitan campesinos. A estos lugares aún no ha llegado la luz eléctrica, ni agua corriente, pero su gente tiene la sonrisa más limpia del mundo. De repente nuestras manos estaban llenas de cocos, plátanos, bollos…, y sobre todo de sonrisas. Después de la presentación ya no hay timidez, y todo son besos y abrazos. No podemos explicar con palabras lo que nuestro corazón siente en ese momento.
«La sonrisa como terapia», es una verdad que nosotros hemos comprobado a través de estos cuatro años; en la mayoría de los sitios donde hemos actuado, era la primera vez que veían un payaso, y también era la primera vez que alguien iba a hacerles reír; mejor dicho, a compartir con ellos un rato de alegría.
Nosotros, en representación de Castilla y León, hemos estado allí compartiendo muchos buenos momentos, pero también muchos malos. Hemos visto y sentido que en estos países no son necesarios los desastres naturales puntuales para que haya sufrimiento, porque el día a día de estas gentes tiene ya muchas carencias, y no precisamente por su culpa o porque lo deseen, sino porque nosotros, con nuestra buena vida aquí, impedimos que vivan un poquito mejor allí.
Queremos hacer una mención especial al «Comité Óscar Romero», y en particular a Manolo, ya que fue él quien nos abrió esta puerta, además de otras, y sigue siendo él,
quien nos proporciona todos los contactos que necesitamos.
Damos las gracias a «Fe y Alegría» de Panamá y «Espiga Nueva» de Nicaragua, porque ellos son los que hacen el gran esfuerzo de organizar y coordinar todas las presentaciones y ponernos en contacto con la gente.
Gracias también a la JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN por su colaboración y gran apoyo en el terreno personal y moral.